Monday, September 17, 2007

Rosendo Alvarez - Tomado de www.notifight.com





Rosendo Álvarez, nació el 6 de mayo de 1970 en Managua, Nicaragua. Sirvió al ejército de Nicaragua en 1986. Al salir del ejército, entrenó boxeo, por más de un año y debutó de aficionado el 16 de abril del año de 1988. Obtuvo calificación de aficionado de 66 triunfos de 78 combates.

En 1990 ganó el torneo de los Guantes de Oro, el título Centroamericano, el Caribeño y la medalla de oro de la Copa Augusto César Sandino, compitiendo con cubanos, rusos y mexicanos. En 1991 ganó medalla de plata en este mismo torneo.

Ingresó al boxeo pagado el 12 de diciembre de 1992 contra Pablo Torres a quien despachó en tres asaltos por la vía más convincente. El 2 de diciembre de 1995 disputó y ganó la corona mundial de peso paja (105 libras), versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB), imponiéndose al tailandés Chana Porpaoin, en Sakaew, Tailandia. Después de cuatro defensas de su monarcado, decidió unificar el trono mundial de boxeo, con su homólogo mexicano Ricardo «Finito» López, que andaba sin rivales idóneos.

La empresa promotora Don King Productions, Inc., organizó festival de boxeo en México el 7 de marzo de 1998 en el cual los protagonistas estelaristas, Ricardo «Finito» López y Rosendo «Búfalo» Álvarez, unificaban el cetro mínimo del boxeo organizado, versión CMB y a AMB

Ambos campeones llegaron invictos a unificar la corona de los pesos mínimos (105 libras), el mexicano Ricardo «Finito» López, hacía su vigésima exposición del cetro universal, versión Consejo Mundial de Boxeo y su homólogo Rosendo «»El Búfalo» Álvarez, campeón de la Asociación Mundial de Boxeo, la quinta defensa.

A México llegaron nutridas excursiones de nicaragüenses apoyando a su compatriota, que estaba despreciado por los apostadores 3 a 1. El anunciador oficial fue Jimmy Lennon Júnior, que introdujo primero al campeón minimosca de la Asociación Mundial de Boxeo, al nicaragüense Rosendo Álvarez, con palmarés invicto de 24 triunfos con 16 nocaut. 105 libras de peso, calzón gris con ribetes y franjas azules y botas del mismo color, aplaudido por sus compatricios y abucheado por los mexicanos, que por supuesto eran el 98% de los asistentes a La Plaza de Toros, de México.

Por último presentó al también inmaculado Ricardo López, llegó a esta contienda con registro de 46 victorias con 35 nocaut, calzón blanco con su nombre en letras negras y botas blancas, que fue recibido con estruendoso saludo y apoyo del público como era lógico.

La bandera de Nicaragua, flameaba por todas partes, tratando de opacar ese sólido y masivo respaldo al favorito boxeador mexicano e ídolo de respeto continental.

Para tercer hombre del ring, se designó al estelar Arthur Mercante, que de inmediato se reunió en el centro del cuadrilátero con ambos campeones y sus entrenadores, les recordó los reglamentos de combates de campeonatos y a la vez pidiéndoles que siguieran su mandato, evitaran los golpes bajos y cabezazos, retirando a los dos a sus respectivas esquinas a esperar el primer campanazo que diera inicio al pleito boxístico.

El primer llamado al centro del ring, encendió estruendos y constantes gritos unísonos que decían: «México, México, México». Respondiendo, Ricardo López, lanzando el primer golpe del pleito pugilístico, con certero jab, contestado por entrada rápida de su homólogo Rosendo Álvarez, que estrelló combinación de golpes a las zonas medias, para insistir López, con golpes largos, y recibir otra nítida combinación del nicaragüense, que inspirado volvió a disparar sus pistones desde larga distancia para abanicar e intercambiar metrallas a distancia cómodo, siendo más significativa para Rosendo Álvarez, que temprano registró la zona de los tacos, fajitas y burritos, del mexicano Ricardo López con seguidillas de certeros cañonazos del ex-sandinista, acostumbrado a la rivalidad de plomo.

Álvarez insistente con el jab y en las entradas a la guardia de ambos surgieron seguidos cabezazos, que obligaron al árbitro Arthur Mercante, a pedirle que tuvieran cuidado, para sorprenderlos la campana preparándose a reiniciar las actividades. Capítulo que califiqué a favor del nicaragüense Rosendo Álvarez.

En los cantones de ambos boxeadores hubo consejos y advertencias. A Ricardo López, Ignacio «Nacho» Beristain, su entrenador y director del equipo de trabajo del mexicano que también lo integraban Magdaleno López, Rangel de Anda y Tiburcio García, se le dijo: «No ataques, espéralo con el gancho cuando trate de burlar tu guardia. Tú tienes más extensión de brazos y él está obligado a acometer, sube los brazos, para que su cabeza choque con los brazos».

El rincón de Rosendo Álvarez, dirigido por Rigoberto Garibaldi, entrenador, Luis Spada y Rubén Gómez. Se le aconsejó: «Mantener el acosamiento y lanzarle derechas voladas, que comenzaban a impactar con efectividad».

El campanazo que dio inicio al segundo episodio del combate pactado a doce, Rosendo Álvarez, buscó a López para sembrarle terrible golpe al cuerpo y Ricardo falló con golpe de derecha, para recibir certero derechazo volado del nicaragüense, que lo lanzó al tapiz a López, que se incorporó a la cuenta de tres y recibir el conteo reglamentario de ocho.

Era la primera vez que rodaba el tapiz el mexicano a lo extenso de su trayecto profesional. Al reiniciarse el combate Rosendo Álvarez belicoso se le fue encima a definir la pendencia pugilística, con variados golpes en la humanidad del mexicano, que respondía con poca efectividad, para cruzar derechazos y después Ricardo López perdía en el vacío continuos golpes largos, para desliarse intenso cambio de golpes con la ventaja de Rosendo Álvarez, que despidió el capítulo con recio volado de derecha al rostro de su homólogo. Otro asalto a favor de Álvarez calificado 10-8, por la caída propinada a López.

Para obedecer al llamado para el tercer asalto, ambos acudieron al centro del entarimado, Ricardo López hacía la vigésima primera exposición de su monarcado de las 105 libras, clavó gancho a las zonas hepáticas de Rosendo Álvarez, que respondió con seguidillas de golpes al cuerpo y se abrió para conectar su efectivo golpe de derecha volado que impactaba con efectividad el rostro del espigado mexicano, que abanicaba golpes largos de pocas potencia, para responder Álvarez con doble gancho, e iniciarse en plena acción la repetición unísona de los gritos: «Viva México, viva México».

Los compatricios de Ricardo López, tratando de inyectarle coraje e inspiración, viéndolo desmayar en combate de tanta envergadura. López, respondió el reclamo de su pueblo con dos jab y vibrante golpe de derecha, para acomodar a distancia a su oponente y descargarle seguidos golpes largos, evitando la efectividad del nicaragüense para adjudicarse en las postrimerías el capítulo. Asalto a favor de Ricardo López.

En el cantón del nicaragüense su entrenador Rigoberto Garibaldi, le sugerió: «No permita que él, te estacione a distancia de su preferencia, sigue atacando y penetrando a su guardia, sin olvidarte del golpe volado de derecha».

La alerta para el cuarto episodio, ambos la respondieron con voluntad y de inmediato el mexicano estrelló doble jab al rostro del «Búfalo» Álvarez, y además aplicando largos lances por su más extensión de brazos y ineludibles ganchos a la zona hepática, para intercambiar golpes, con nítida combinación de ambos, y estrellar una vez más su pesada derecha Ricardo «Finito» López, que recibió sólido latigazo de izquierda por parte del nicaragüense, para recibir ágil combinación de López al rostro y proseguir estrellando sólido derechazo después de haber sonado la campana y pidió excusas a su rival Rosendo Álvarez. Otro episodio a favor de Ricardo «Finito» López.

La esquina de Álvarez volvió a instruirlo y le dijo: «Estamos peleando en México, no puedes darte el lujo de otorgarle con facilidad el dominio de asalto a tu contrario. Insiste, persíguelo y vamos a lanzar golpes».

El quinto acto del combate Álvarez salió de su cantón con las advertencias presentes y penetró a la guardia de su rival, con golpes duros al cuerpo, López falló tratando de contestar la ofensiva de su exigente rival, pero percutió con el gancho de izquierda, que contestó de inmediato Álvarez, con doble gancho, para ser amonestado por el tercer hombre del ring Arthur Mercante, que subiera un poco más los golpes.

Al reiniciarse las hostilidades, Rosendo estrelló seco derechazo al rostro de su oponente y trabajo con golpes a media potencia su estadía a corta distancia, para fallar López tratando de llegar con recto de derecha, y cerrar el episodio el nicaragüense con efectivas andanadas de golpes. Asalto que califiqué a favor de Rosendo Álvarez.

El rincón de Ricardo López, su entrenador Ignacio Beristain le recalcó: «No dejes que penetre a tu guardia sin ofensivas, lanza ganchos y después el recto de derecha, el es buen peleador y tienes que estar pendiente».

Para el inicio del sexto asalto, Rosendo salió impetuoso con larga derecha, la cual contestó López con el mismo golpe, para recibir soberbio derechazo volado de Álvarez, que levantó de sus asientos a sus seguidores, e insistió con dos golpes seguidos, para conectar López golpe a las zonas prohibidas y fue amonestado por el árbitro.

Al reanudarse las acciones, se enfrascaron en intenso cambio de golpes cuerpo a cuerpo, donde lució efectivo el nicaragüense, que al salir de la zona de fuego recibió duras combinaciones de López, para volver a intercambio de golpes parejo y al separarlo el árbitro de enlace voluntario, Ricardo volvió a sembrar notable combinación de tres golpes, contestados por doble gancho del nicaragüense. Capítulo que anoté empate.

El séptimo asalto ambos los respondieron con reciedumbre, cambiando esporádicamente golpes durísimos en la pelea a media distancia, para salirse Álvarez con pesado derechazo que acusó López trastabillando, pero respondió con certero izquierdazo, contestado con repique de ganchos por Rosendo, que después clavó impactante combinación al rostro de su contrario Ricardo López, que tratando de apurar las acciones, recibió izquierdazo y se produjo cabezazo, saliendo López cortado de la ceja izquierda.

El tercer hombre del ring Arthur Mercante, ordenó quitarle un punto a Rosendo Álvarez en todas las tarjetas de los jueces del asalto que se discutía. Al reanudarse el combate después de ser examinado Ricardo López por el médico de la Comisión de Boxeo, recibió sólido izquierdazo de Álvarez y López tratando de apresurar la pelea por la herida, para recibir otro gancho de izquierda de su retador. Asalto que califiqué a favor de Rosendo Álvarez, pero al descontársele un punto, lo anoté 9 a 9 empate.

En la esquina de Ricardo López, su entrenador Ignacio «Nacho» Beristain, preguntaba a alguien de la Comisión de Boxeo en ringside: ¿Cómo va la puntuación, vamos ganando? Y alguien le respondió positivo, fue entonces que se determinó que Ricardo López no podría continuar en esas condiciones de desventaja y se aplicó el reglamente de verificar las tarjetas de los jueces, después del cuarto asalto, en caso de accidente o golpe bajo.

La espera para conocerse el puntaje de los jueces duró más de quince minutos, resolución que se conoció después de cada asalto como se acostumbra en el pugilismo. El anunciador oficial Jimmy Lennon Júnior, dio a conocer el veredicto que fue así: El juez Tom Kaczmarek de Nueva Jersey, Estados Unidos votó 67 a 64 a favor de Ricardo López. Samuel Conde, de Puerto Rico, calificó el combate 68 a 63 a favor de Rosendo Álvarez. Dalby Shirley de Las Vegas, Nevada, vio la rivalidad 66 a 66 empate.

Yo personalmente aprecié ganar al nicaragüense por dos puntos de ventaja y como quiera internacionalmente el veredicto de empate, no complació a los aficionados y los mismos críticos de boxeo mexicanos aseguran vieron ganar a Rosendo Álvarez.

Ocho meses después en pelea de desquite el 13 de noviembre de 1998 en Las Vegas, Ricardo López, llegó mejor preparado, con más presteza y mejor sentido de la distancia, para llevarse triunfo inobjetable

En esta ocasión, Rosendo Álvarez llegó al pleito pugilístico con 28 años de edad, y Ricardo López con 31 años. El árbitro del cisco fue Richard Steele y la esquina de Álvarez estaba comandada por Rigoberto Garibaldi, la de López por Ignacio Beristain.

Fue otro interesante combate, que al terminar Ricardo López parecía haber salido de una terrible explosión, con el rostro que parecía catálogo de cicatrices. Al ver los dos rostros cualquiera se equivocaba afirmando que el ganador había sido Rosendo Álvarez. La diferencia esta vez estribó en mejor preparación de López, que combatió con sentido de la distancia, conociendo que su oponente en la pelea a media distancia aventajaba en las combinaciones y él a distancia completa por tener más extensión de brazos.

Al entrevistarse al nicaragüense éste aceptó la derrota y se reservó por qué perdió el combate, donde su golpe favorito volado de derecha fue nulo y no tuvo concentración a totalidad. En la primera pelea los golpes más notables fueron de Álvarez y en esta segunda pelea fue adverso.

Los jueces esta vez calificaron el combate así: 115 a 113 a favor de Rosendo Álvarez. Otro determinó la pelea 115 a 114 a favor de Ricardo López. El tercer juez vio el combate a favor de Ricardo López 115 a 112, para ser ganador por decisión mayoritaria el mexicano Ricardo López, celebró su vigésima segunda defensa de la corona de las 105 libras y la abandonó para combatir en las 108 libras.